Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de octubre 21, 2012

TUS MANOS

A Esteban, la soledad lo había hecho presa de su propia habitación. Eran aquellas cuatro paredes, y su ordenador, aparte de la conexión a Internet que mantenía con parte de la paga de jubilación que seguía cobrando mensualmente su madre, lo que le unía a un exterior cada vez más distorsionado, lejano y ajeno a todo lo que no le inspirara confianza. En definitiva, todo. Su reclusión era su propia militancia anómica. El pequeño piso que ocupaba con su madre estaba situado en un barrio humilde,  venido a menos con los años después de la esplendorosa eclosión que le hizo ser envidia de pulcritud y ocupación obrera, acogiendo a familias de muchos de los pueblos de la provincia cercanos a la capital y siendo ahora guetto habitado por inmigrantes, en el intento de hacerse un hueco. Un hueco desesperado que estaba provocando la huida de muchas de las familias que habían conseguido escapar del barrio y huir de éste antes de esta última recesión. La de ahora, la que nos negamos a