Ir al contenido principal

Propuesta de información al Parlamento andaluz sobre reordenación de las urgencias del SSPA


SRA. PRESIDENTA DEL PARLAMENTO DE ANDALUCÍA:
Quienes suscribimos, profesionales de las urgencias extrahospitalarias de Andalucía, deseamos dirigirnos a Usted, y a su través a todos los grupos políticos de esta cámara, ante las perspectivas alarmantes y poco halagüeñas que ya entrevé la sanidad andaluza. Creemos conveniente su intervención. La reordenación o desintegración de las urgencias actuales nos ha sorprendido a todos los profesionales. Supone un cambio de rumbo, hacia atrás, inexplicable. Este cambio de proceder ha sido gestado, nos parece, de manera alocada, mientras se esperaba una puesta en común para replantear las reformas que fueran precisas. ¿Cómo afectará este cambio en los ciudadanos? En ellos no ha pensado el SAS, es una reordenación laboral que perjudica a los trabajadores y, especialmente, a los usuarios. Con esta reforma, el médico de familia que haga guardia, al día siguiente no pasará consulta; ésta será acumulada a otro cupo o la pasará otro colega que hace de “pasante”. La progresiva ausencia del médico de familia, ya lo está implantando el SAS en sus centros de salud. Al usuario se le pondrá más difícil aquello que es más importante en la atención primaria, la accesibilidad a su médico. Esto sucederá tras cada guardia que él haga; además de las vacaciones, cursos, permisos, etc. Son dos los motivos básicos que explican esta realidad; la falta de personal para hacer guardias, y la necesidad del médico de familia de hacerlas para poder completar un sueldo digno. Las urgencias venían siendo atendidas en gran medida por DCCU (Dispositivos de Cuidados Críticos y Urgencias), profesionales cada vez más formados en la atención de urgencias y emergencias. Con este cambalache, progresivamente se verán atendidas por profesionales (EBAP de Apoyo) que hacen guardias y consultas, a la fuerza. Esta obligatoriedad de vincularse con las urgencias y la destrucción del equipo funcional de trabajo -menos motivación, menos entrenamiento específico y menos coordinación-, conlleva una pérdida de calidad en la atención, especialmente en emergencias. Justamente, para unificar y corregir lo anterior, se ha luchado hasta estas fechas, y por ello se crearon los DCCU hace varios años. ¿Debemos creernos lo que nos dice el SAS? Hoy le estamos desvelando a Usted, y a todos los andaluces, lo que el SAS no informa con claridad, dando una imagen espectacular o fantástica, que no coincide con la cruda realidad que todos conocemos. El cierre de centros de salud antes de las ocho de la tarde, las masificaciones en consulta, las demoras para ser atendido por el propio médico de familia, o las masificaciones en los servicios de urgencias, son ejemplos conocidos por los ciudadanos. Con los profesionales, el SAS les promete, incluso firma, pero después lo incumple casi todo. Al final, los profesionales ya estamos desengañados y no les creemos. ¿Por qué llegamos a tanto engaño y este nivel de tensión laboral? Creemos que, porque la Junta de Andalucía no pone recursos suficientes para desarrollar cuanto promete a los ciudadanos. Nuestra sanidad, gratis para todos y de la que debemos sentirnos orgullosos, en Andalucía ha iniciado el camino de su declive en la calidad y accesibilidad, aunque se trate de falsear la realidad. El SAS, para poder aparentar que realiza lo que promete, a espaldas de la ciudadanía, recorta recursos y medios a los profesionales, a quienes sobrecargan sin límites. La humillación laboral de estos años ha sido la tónica; eso ha provocado la emigración de profesionales. Se fueron hacia la sanidad privada española o hacia otros países. Se venía denunciando esta emigración, la falta de personal y las malas condiciones de los trabajadores. La mayoría con inestabilidad; muchos de ellos en total precariedad y tratados con desprecio. Muchos de ellos, tras formarse en esta comunidad con el dinero público, y tras quedar desilusionados por el trato recibido en su propia tierra, tuvieron que emigrar forzosamente a otros países u otras comunidades. Como ejemplo, se estima que unos 2.000 médicos andaluces ahora trabajan en Portugal, un país que los valora y los cuida; cada uno de estos profesionales nos costó unos treinta mil euros formarlo. Pero los Responsables de Recursos Humanos no quisieron reconocerlo ni reaccionar -existe una caótica política de personal en el SAS, y son precisos cambios importantes-. En estos departamentos han venido negando la desastrosa realidad que se venía encima. Ahora, a la desesperada, admiten cuantos profesionales llegan de Sudamérica o países de Europa del Este. Pero no acabamos de entender a estos Responsables, a pesar del infortunio a que nos han reconducido, siguen fustigando a su propio personal; conducta propia sólo de empresas mal gestionadas. ¿Cómo afectará este cambio a los profesionales? Ya está encendida la luz de alarma laboral. Aunque el SAS no lo desee reconocer públicamente, guiados por su forma de actuar, “la sanidad andaluza ya está en estado de alerta continuada”; aunque quiera, la Junta de Andalucía ya no lo puede ocultar más. Esta nueva reforma laboral esclaviza más a los profesionales del SAS. Con esta reordenación, las 48 horas de trabajo ordinario, que son de aplicación excepcional en casos de justificada necesidad en Europa, el SAS trata imponerlas como la jornada ordinaria de sus trabajadores, -el SAS lo aplica, como si de una excepción continuada se tratara-. De esta forma, desea sacar adelante sus promesas a la población; sin personal y con pérdida de calidad asistencial. ¿Qué precisan ciudadanos y trabajadores de la atención extrahospitalaria (DCCU y EBAP)? En la consulta de atención primaria es preciso desdoblar los cupos adscritos a cada médico/enfermero; crear más plazas y dotarlas de personal fijo. Una subida de retribuciones haría que no se viesen obligados a hacer guardias por necesidad, y de esta forma no tener que faltar o ausentarse de su consulta al día siguiente. Eso redundaría realmente en el ciudadano. En las urgencias, todo ciudadano desea “sentirse tranquilo” con la asistencia que recibe. Los profesionales de DCCU, en su mayoría desean seguir en las urgencias, con equiparación horaria con EBAP -ya reconocida por sentencia judicial-; así como equiparación retributiva. Las integraciones en EBAP, deben constituir un proceso natural para cualquier profesional de urgencias; debe existir siempre esa posibilidad y ser voluntaria, nunca forzada como ahora se pretende; debe llevar consigo un acoplamiento desde su comienzo, definitivo y con garantías. Sobre las plazas de EBAP de Apoyo, creemos que es un error su creación; vislumbra una “categoría basura” para cualquier profesional de la Atención Primaria, que no aportará calidad asistencial, que a nadie convence y seguirá provocando huida de profesionales.

En Sevilla, a 16 de Marzo del 2007.

Dñª. María del Mar Moreno.

PRESIDENCIA Y GRUPOS POLÍTICOS. PARLAMENTO DE ANDALUCÍA. SEVILLA.

Comentarios

Entradas populares de este blog

“CIENTIFICISMO DE ESTADO vs SINDICALISMO CIENTÍFICO”

“ CIENTIFICISMO DE ESTADO vs SINDICALISMO CIENTÍFICO” A propósito de las Elecciones SEMES-A 2009 (Sevilla 16 de Octubre) Anhelo de “poder” y control Es evidente y no hace falta discurrir mucho para entender que, nuestra vida profesional, laboral y muchas veces de relaciones (incluido incluso nuestro tiempo de ocio, algunas veces “sacrificado” a perpetuar relaciones en una esfera distinta a la ociosa, personal e individual y perteneciente más a lo social y compartido), se encuentra y discurre en “campos” donde se compite por el control de cada uno de estos “anillos sociales” donde desarrollamos nuestra vida; Además, si en éstos se vislumbran “especies de capital”, poder económico, cultural, docente, simbólico o de representatividad, el anhelo no solo por la pertenencia, sino por el control, es claro, buscado y perseguido. En nombre de la dignidad si es que

Boris Brejcha - Adam Beyer - Hidden Empire - OC & Verde ◆ Techno Legion ...

Enfermería 2.0 y el Paradigma de la Transformación: ¿Viviendo una nueva paradoja?.

Desde mediados del S.XX, la Enfermería vive un proceso de cambio y de toma de conciencia alrededor de un nuevo y añadido rol de autonomía y de toma de conciencia de sus propios atributos independientes. Inmersa en ese "nuevo paradigma" de abandono de una orientación enfocada en la enfermerdad a la asunción de nuevas líneas asistenciales hacia la salud y la búsqueda de ésta a través de los cuidados; la salud y la enfermedad son dos conceptos distintos pero que coexisten y están en interacción dinámica. La salud es como un ideal que se intenta conseguir y que está influenciada por el contexto en el que la persona vive. Tener una salud inmejorable es lo mismo que hablar de no tener enfermedad, aunque en realidad, todos pasamos por etapas de enfermedad y nuestra salud es menos satisfactoria cuando hay enfermedad o cuando pocos de los factores que constituyen la salud están presentes.  Es en esa huída del modelo biomédico y del sometimiento histórico y jerarquizado a estas forma